¿Qué es el síndrome metabólico; se puede revertir?
Con el pasar de los años, puede parecer que los problemas de salud empiezan a acumularse, uno tras otro.
Los niveles de azúcar en sangre y el sobrepeso pueden ser las primeras advertencias de nuestros médicos. Y al no tomarlo en serio, terminamos preocupándonos por la prediabetes y la obesidad (particularmente el exceso de peso en tu cintura), igualmente de la presión arterial elevada, niveles de lípidos o colesterol.
Al escuchar el término “síndrome metabólico” viene a nuestra mente la pregunta ¿Qué es esto?
"El síndrome metabólico, también conocido como síndrome de resistencia a la insulina o síndrome X, es una combinación de varias condiciones que juntas, aumentan el riesgo de que una persona desarrolle diabetes y enfermedades cardíacas", dice la Dra. Karla Saint Andre, endocrinóloga del Hospital Houston Methodist.
Su prevalencia está aumentando en todo el mundo y aproximadamente un tercio de la población de Estados Unidos padece este síndrome. El riesgo es igual en hombres y mujeres.
Los problemas de salud, incluidos dentro del síndrome metabólico, son:
- Altos niveles de azúcar en sangre (hiperglucemia)
- Exceso de grasa alrededor de la cintura (obesidad visceral)
- Presión arterial alta (hipertensión)
- Alto nivel de triglicéridos
- Bajos niveles de colesterol bueno
"Si tu médico te diagnostica síndrome metabólico, es importante que tomes las medidas pertinentes. Con algunos cambios en el estilo de vida y medicamentos se puede revertir, reduciendo así el riesgo de desarrollar una condición de salud más grave".
Aquí encontrarás todo lo que necesitas saber para comprender mejor esta afección; y cinco pasos que puedes practicar para prevenirla, o revertirla potencialmente, ya sea que tengas antecedentes familiares de síndrome metabólico o que te hayan diagnosticado recientemente.
¿Por qué es peligroso el síndrome metabólico?
El síndrome metabólico se caracteriza por un estado de resistencia celular a la insulina, hormona que nos ayuda a convertir el azúcar que consumimos, en la energía necesaria para vivir.
"Entre otras funciones muy importantes, la insulina ayuda a que la glucosa en el torrente sanguíneo ingrese a las células, donde luego se almacena o se transforma en energía. Pero si tus células se vuelven menos sensibles a la insulina, la glucosa tendrá más dificultades para entrar en tus células, causando así altos niveles de glucosa en la sangre ", explica la Doctora Saint Andre.
Esta capacidad reducida de respuesta a la insulina conduce a una inflamación sistémica crónica y puede tener otros efectos dramáticos en el cuerpo, que incluyen:
- Daño en los vasos sanguíneos
- Aumento de peso
- Empeoramiento de la resistencia a la insulina
"El aumento de peso, particularmente el aumento excesivo de grasa visceral empeora aún más la inflamación, ya que este tipo de grasa también es proinflamatoria", agrega la especialista.
Es importante recapitular que, el síndrome metabólico se asocia con una amplia gama de enfermedades, que incluyen:
- Diabetes tipo 2
- Hipertensión arterial
- Obesidad
- Cardiopatías
- Enfermedad del hígado graso
- Cálculos biliares
- Síndrome de ovario poliquístico (SOP)
- Apnea obstructiva del sueño
- Gota
¿Cómo se diagnostica el síndrome metabólico?
Tener un nivel alto de azúcar en la sangre o demasiada grasa abdominal no necesariamente quiere decir que tengamos síndrome metabólico. Y es que este síndrome es en realidad un grupo de anomalías metabólicas, y una persona debe tener varios problemas de salud asociados para ser diagnosticada.
Los criterios para el diagnóstico de síndrome metabólico incluyen tener:
- Niveles de glucosa en ayunas anormales (nivel alto de azúcar en sangre): 100 mg / dL o más
- Exceso de grasa abdominal: un IMC de 30 o más y/o una circunferencia de la cintura mayor de 101 centímetros para los hombres y 89 centímetros para las mujeres
- Presión arterial alta: 135/80 mmHg o más
- Triglicéridos elevados: 150 mg / dL o más
- Niveles bajos de lipoproteínas de alta densidad (HDL), también conocido como colesterol bueno: menos de 40 mg / dL para hombres o menos de 50 mg / dL para mujeres
"Si una persona cumple con tres de estos cinco criterios, se considera que tiene síndrome metabólico", explica la Doctora Saint-Andre.
¿El síndrome metabólico es reversible?
Es posible que el síndrome metabólico, en sí, no presente ningún síntoma, pero las graves condiciones de salud que ocurren silenciosamente a partir de este síndrome, pueden conducir a complicaciones catastróficas.
Por ejemplo, los síntomas de la diabetes pueden variar desde inconvenientes, como aumento de la sed y necesidad de orinar, hasta condiciones más graves como visión borrosa, mala cicatrización de heridas y mayor riesgo de infecciones. Y no olvidemos el aumento del riesgo de enfermedad cardíaca, que es la principal causa de muerte en Estados Unidos.
"Muchos de los factores de riesgo para el desarrollo del síndrome metabólico son modificables, por lo cual este síndrome es prevenible o reversible, si aún no se manifiesta daño celular permanente", explica la doctora Saint Andre.
Sin embargo, la especialista añade qué, si en tu familia existen varias afecciones asociadas con este síndrome, como la diabetes tipo 2 u obesidad, deberás esforzarte más para prevenirla, en comparación con alguien que no tenga una predisposición genética.
El síndrome metabólico es mucho más difícil de revertir, cuando existe daño significativo en el corazón, vasos sanguíneos y otros órganos.
"Por ello es extremadamente importante prevenir el síndrome metabólico o buscar tratamiento lo antes posible, si ya está presente", dice la Doctora Saint Andre.
Si tu médico te advierte o diagnostica de síndrome metabólico, considera practicar estos pasos importantes para prevenirlo o revertirlo:
1. Bajar de peso o mantener un peso saludable
Un estudio del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de EUA encontró que incluso perder un poco de peso (del 5% al 7% del peso corporal) puede reducir el riesgo de desarrollar diabetes en más de la mitad.
"En particular, debemos disminuir la grasa visceral que se encuentra a lo largo de la cintura pues ésta contribuye a la inflamación sistémica", explica la Doctora Dr. Saint Andre. "Las formas comunes de reducir la grasa, como dieta y ejercicio, también ayudarán a perder grasa visceral proinflamatoria".
Si buscas perder peso, considera combinar ejercicios cardiovasculares durante al menos 30 minutos, cinco días a la semana, y dos o tres días de ejercicios de entrenamiento de fuerza. Si bien el ejercicio cardiovascular puede ayudar a quemar muchas calorías durante el entrenamiento, el músculo desarrollado durante el entrenamiento de fuerza puede ayudar a impulsar el metabolismo para así quemar calorías incluso cuando no se está haciendo ejercicio.
"El entrenamiento de fuerza no tiene por qué ser tan intimidante como parece. Recomiendo comenzar con ejercicios de peso corporal, que son movimientos que usan tu propio peso corporal para ayudar a mejorar tu fuerza", agrega la especialista.
2. Comer saludablemente
Una dieta saludable puede ayudarte a evitar picos de azúcar en la sangre, disminuir tu presión arterial y perder peso, lo cual puede ayudar a prevenir o revertir el síndrome metabólico.
"Una dieta saludable incluye muchas frutas y verduras, granos integrales ricos en fibra, una cantidad moderada de grasas insaturadas y fuentes de proteínas magras, como pescado, pollo, huevos y frijoles", dice la experta en síndrome metabólico.
Cuando comas de manera saludable, considera limitar los siguientes alimentos:
- Bebidas azucaradas y snacks
- Comidas con alto contenido de sal
- Grasas no saludables, como grasas saturadas y grasas trans
- Alcohol
3. Muévete más, siéntate menos
Aunque no lo creas, la inactividad física (según la suma de horas al día que pasamos sentados) está asociada con el síndrome metabólico y la diabetes.
Entonces, es hora de preguntarse: ¿Pasas mucho tiempo sentado?
"La actividad física conlleva una serie de beneficios para la salud, incluida la reducción del riesgo de enfermedad cardíaca; y pérdida de peso", dice la Doctora Saint Andre. "La cantidad diaria de ejercicio recomendada es de 30 minutos, y esto puede ser tan fácil como dar una caminata rápida todos los días y elegir las escaleras, antes que el ascensor".
4. Conoce el historial médico de tu familia
El síndrome metabólico, así como varias de sus afecciones individuales, en realidad podrían ser hereditarios, y en este caso, tus genes podrían influir en tu riesgo de desarrollarlo.
"Si bien algunos factores de riesgo pueden modificarse, hay cosas que no podrán cambiarse cuando existe predisposición genética para el síndrome metabólico. Esto no significa que lo desarrollarás, pero existe más probabilidad de que lo hagas, especialmente si no sigues los pasos anteriores para reducir tu riesgo", dice la especialista.
La forma más fácil de saber si tienes la predisposición genética es conocer los antecedentes médicos de tu familia.
5. Monitorea tu salud
Si te diagnostican síndrome metabólico, tu médico puede referirte a un especialista, como un endocrinólogo, los cuales se especializan en trastornos endocrinos como la diabetes, o un cardiólogo.
Cerciórate de consultar a tu médico con regularidad y seguir al pie de la letra el tratamiento que te sea indicado. Recuerda, tomar las decisiones de estilo de vida mencionadas anteriormente, te ayudará sin duda a que tu afección se controle lo mejor posible ", concluye la especialista.